

La obra de Armando es habitante de varios posibles universos, todos ellos post-singularidad, o sea después que la inteligencia artificial supere a la inteligencia humana y posiblemente adquiera conciencia. En su arte, explora la integración de entes biológicos con sistemas tecnológicos (como la robótica o la arquitectura), o por el contrario máquinas y edificios conscientes y que toman un camino orgánico. Podemos encontrar diferentes niveles de esta integración, aunque últimamente ha estado explorando cómo el cuerpo humano se “tecnologiza” después de una larga hospitalización en la que estuvo en coma y tuvo riesgo vital. En otras ocasiones, se enfoca en cómo un objeto tecnológico como un robot se “humaniza”.
Plásticamente, su obra se mueve entre el neoexpresionismo, el pop y estilos más cercanos a la ilustración, el cómic y la ciencia ficción. Armando utiliza el color de forma muy expresiva y luminosa, dándole un velo de optimismo a temáticas que podrían ser y de hecho son oscuras dejando en evidencia la dualidad de los posibles resultados de la singularidad, o crecemos formando una simbiosis con la tecnología o somos descartados como especie.
Propuesta



